LXVIII
No sé lo que he soñado
en la noche pasada.
Triste, muy triste debió ser el sueño,
pues despierto la angustia me duraba.
Noté al incorporarme
húmeda la almohada,
y por primera vez sentí al notarlo
de un amargo placer henchirse el alma.
Triste cosa es el sueño
que llanto nos arranca,
mas tengo en mi tristeza una alegría...
¡Sé que aún me quedan lágrimas! Rimas Bécquer
Introducción: se
trata de una de las rimas del poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer, poeta
perteneciente al romanticismo de vertiente más íntima que se dará en España a
mediados del siglo XIX. Bécquer representa la cumbre de
la tendencia renovadora, y con ello el comienzo de la moderna poesía lírica de
España.
Tema: el
sufrimiento, el dolor, el sentimiento, como constatación de lo vivido.
Podríamos parafrasear a Descartes diciendo “Siento, luego
existo”: frente al racionalismo del siglo XVIII, el idealismo que proponen los
románticos.
El amor, la vida sólo tiene sentido si se ha sufrido, es la
concepción que tienen los poetas simbolistas, tomado de los románticos y
“poetas malditos”. Bécquer es por ello un autor reconocido por los poetas
simbolistas franceses, porque como recoge en el poema, la vida tiene su
justificación porque se siente, se llora, se sufre.
Organización del texto:
se puede dividir en tres partes:
1) una presentación que se hace en el vv 1-2 con el verbo
“he soñado”.
2) A partir del verso 3-8 se hace la descripción del sueño,
con el uso marcado de los verbos en tiempo pretérito perfecto simple.
3) Desde el vv 9-12 se hace la valoración en presente del
sueño: es un sueño emocional, una idealización de todo lo que se ha planteado
en el resto del poema. De nuevo, como en este poema, los poetas simbolistas
parten de una realidad cotidiana, concreta, para profundizar en lo abstracto,
en la idealización que se realiza.
Métrica: Bécquer
opta por una silva arromanzada: mezclas de heptasílabos y endecasílabos rimando
los versos pares en asonante. Como venimos comentando, esta innovación también
será tomada por los modernistas. Anuncia un estilo y un ritmo profundamente
libre y poco retórico, poco recargado, próximo al verso libre. Es por tanto, un
poema rítmicamente muy moderno, alejado de los poemas retóricos del
romanticismo.
Recursos retóricos: el
poema comienza con una aliteración en los dos primeros versos del sonido /s/.
Esta aliteración consigue producir efecto de ambientación onírica.
Otro de los recursos es el encabalgamiento: Triste cosa es
el sueño/ que llanto nos arranca. El segundo verso, nos especifica (subordinada
adjetiva) que no es cualquier sueño, sino aquel que te consigue un sentimiento.
Pero el recurso más destacado en este poema es la antítesis
con la que se organiza el texto: por un lado, las palabras relacionadas con
tristeza, angustia, amargura, y por otro, el placer, la alegría.
El epifonema donde se resuelve el texto se señala con una
exclamación retórica.
Léxico: Bécquer
elige un léxico sencillo, como toda su poética. Sin embargo esas palabras se
elevan a la categoría de poema porque se convierten en símbolos: lágrima como
símbolo del sufrimiento, la alegría no material sino que procede del
sentimiento sufrido.
Conclusión: Como
hemos venido señalando, Bécquer consigue a partir de una poética de la
sencillez apreciable en el tema, el léxico, la métrica y la rima, una poesía
que será transcendental para los poetas simbolistas franceses de 2ª mitad de
siglo XIX. Así mismo, esa poesía íntima, sencilla y delicada influye en la
poesía de autores españoles modernistas como Antonio Machado o Juan Ramón Jiménez.
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