Comentario El sí de las niñas

Este texto pertenece a la literatura del siglo XVIII, un período caracterizado por la existencia de privilegios tanto en la nobleza como en el clero, aun existiendo un continuo ascenso hacia los puestos de poder político de la burguesía. Este deseo de obtener representación política tuvo fin con la Revolución francesa, 1789.
En España, el siglo XVIII comienza con la coronación de Felipe V tras una Guerra de Sucesión (1701-1713) producida por la muerte de Carlos II sin descendencia lo cual crea una guerra tanto civil como internacional entre diferentes países debido al acceso al trono de un Borbón (lo cual generaría el aumento del poder de esta dinastía) y del archiduque Carlos (futuro emperador Carlos IV de Alemania). Todo este conjunto de hechos creó la entrada de España en el pensamiento ilustrado que al principio chocó con la mentalidad conservadora de gran parte de la sociedad aunque poco a poco se fue extendiendo por el territorio. La nueva dinastía vigente en España emprendió una serie de reformas las cuales tenían el fin de la modernización del país; todo esto lo llevaron a cabo rodeándose de la minoría oculta, los ilustrados, que gobernaban según el lema de “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”, es decir, gobernaban para el pueblo pero sin contar con la opinión de ellos ofreciéndoles así lo que de su favor estaba.
El fragmento teatral que en este comentario de texto debo analizar se situaría en la Ilustración, un movimiento ideológico que se desarrolló en Francia durante el siglo XVIII, representado por la defensa de la razón frente a la fe y la confianza en la ciencia y en la educación como únicos medios posibles para alcanzar el bienestar de la población. Los ilustrados mantenían un ideal estético basado en la sobriedad formal y la oposición a cualquier creencia subjetiva, rechazando cualquier exceso de imaginación y de la expresión propios de la literatura barroca. De esta manera, esta minoría oculta adquirió los principios de la Antigüedad grecorromana, creando así el Neoclasicismo, el cual se caracterizaba por los siguientes principios: las obras literarias, las cuales se regían por la razón, eran un reflejo de la realidad y manifestaban el espíritu crítico que tenían ante el mundo que los rodeaban; la copia de los autores grecolatinos ajustándose con los cánones clásicos que fijaban las normas específicas para cada género; la existencia de una intención didáctica, ya que los autores debían escribir para transmitir una enseñanza no para entretener a los lectores.
“El sí de la niñas”, como así se denomina esta obra, fue escrita por Leandro Fernández de Moratín, cuyo propósito literario se caracteriza por crear una comedia sobria, sin adornos superfluos, mostrando la conducta, los errores y las virtudes de la clase media. Esta obra muestra una crítica hacia los matrimonios de conveniencia realizados entre una joven con un hombre mayor y reflexionando sobre la educación que se daba a las mujeres en aquella época, la cual se basaba en principios básicos de cómo llevar una casa (planchar bien, cocinar comidas ricas…).
El tema de estos textos por tanto y como bien he dicho antes son los matrimonios concertados o arreglados, en los cuales una chica joven de unos 14 o 15 años se casaba con un señor mayor, además estos novios no eran seleccionados por ellos mismos sino por un tercero.
En esta pieza encontramos como Don Carlos, que es un chico atrevido y enamoradizo con el que se desarrolla el triángulo amoroso, sale precipitadamente y coge a doña Francisca y la lleva al fondo del teatro intentando defenderla debido a que ama a esta chica. Don Diego, tío de Don Carlos, descubre que su sobrino ama a Francisca, acontecimiento que no le sienta bien debido a que lo recoge como un rechazo ya que a él le interesa el matrimonio con mujeres más jóvenes que él, y este se encarga de informar a Doña Irene, madre de doña Francisca. Esta señora de pronto se abalanza sobre su hija, la besa y le ofrece su opinión sobre el chico. En ese momento aparece Rita, la criada de Doña Francisca y la cual esta considera muy amiga. Don Diego pone fin a este fragmento abrazando a Doña Francisca y dándoles unos consejos a los muchachos, aun sabiendo que llegaran a poco o por lo menos desde su posición.
La estructura de este texto se divide en tres: un planteamiento, que abarcaría el primer y el segundo párrafo, en los cuales se sitúa la historia en un lugar y se describe brevemente la acción a desarrollar que en este caso sería la situación que surge entre Don Carlos y Doña Francisca en una zona del fondo de un teatro; un nudo o desarrollo, en el cual que produce el desarrollo de la acción que en este fragmento sería como Doña Irene se entera del amor entre los protagonistas y como esta y Don Diego lo intentan aceptar, aunque la posición de Don Diego sea considerada como un rechazo de la muchacha; y, finalmente, un desenlace, en el cual don Diego aconseja a la pareja y dice “bendita sea la bondad de Dios”.
Por otro lado, todos los textos presentan un estilo que en cada género es desarrollado de una manera. En este caso, al tratarse del género teatral encontramos: los personajes, tanto protagonista como secundarios que en este caso serían Don Carlos (chico joven y enamoradizo, sobrino de Don Diego), Don Diego (hombre mayor de unos 60 años, el cual pertenece a la sociedad adinerada o privilegiada y que presenta un gran ímpetu por las relaciones amorosas que puedan ocurrir con mujeres más jóvenes que él), doña Irene (madre de Doña Francisca), Doña Francisca (muchacha joven con la cual se desarrollan las relaciones amorosas dando pie a un rechazo y que junto con Don Carlos crean un triángulo amoroso) y, finalmente, Rita (criada de Doña Francisca y que tienen el fin en el texto de exponer ideas o preocupaciones); también encontramos acotaciones como “abraza Doña Francisca” o “Los hace levantar expresiones de ternura”…; y, además, diálogos como los que se dan en las diferentes intervenciones de los personajes (Doña Irene- ¿Qué es lo que sucede, Dios mío?¿Quién es usted?...¿Qué acciones son estas?... ¡Qué escándalo!)
En conclusión me gustaría exponer mi opinión sobre un tema que hace cierto tiempo se daba en múltiples lugares del planeta y que hoy en día sigue existiendo, como lo son los matrimonios concertados. Desde mi punto de vista, aunque hoy en día no se dé tan mayoritariamente en los países desarrollados, sí que es cierto que los padres y el medio interno y externo siguen influyendo con ciertas frases como: esa persona no me gusta para ti, no creo que sea la mejor influencia para tener cerca, no sales hasta que no dejes a esa persona…. Aunque yo creo que deberían dejar más libertad porque los gustos que ellos poseen no tienen por qué ser los mismos que los nuestros y además a ellos también le ocurriría lo mismo a la hora de elegir a la persona con la que querían pasar el resto de sus vidas y sin embargo tomaron la decisión que ellos consideraban correcta. Pero por desgracia este hecho sigue sucediendo en países subdesarrollados del mundo como Asia, África… en los que la chica es forzada a casarse con alguien mayor que no conoce pero que por conveniencia que a ambas familias favorece. Este suceso también ocurre muchas veces cuando llegan personas que no tienen la nacionalidad en un país pero que si se casan con una persona de este la obtienen, no es justo porque como bien he dicho antes y mantengo desde el comienzo sigue siendo un matrimonio forzado en el cual se debería cuestionar la forma de considerar al amor, ya que de esta forma se toma como un amor vacío y superficial en el que se sigue forzando a la mujer a hacer algo que no sale de ella misma. Considerando así otro ejemplo más en el cual la mujer es limitada a un mundo por conocer o como en otros casos en una educación por aplicar.
Por tanto como idea global de este texto he sacado que hoy en día siguen existiendo países en los que por desgracia se siguen dando las injusticias hacia las mujeres ya que al igual que un hombre tienen el mismo derecho a elegir a la persona que quieren en el resto de su vida a su lado, ya sea por cuestiones de moralidad o por cuestiones de conveniencia en el cual las familias salen beneficiadas. Pero para que se produzca la radicalización de estas supuestas “costumbres” queda mucho tiempo ya que aún en la actualidad se sigue observando en países con religiones más severas o menos desarrollados.






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